Historia del Toreo en México
En nuestro país la tradición taurina tiene profundas raíces; desde que en el virreinato se contó con el ganado necesario para realizar las temporadas, no faltó excusa para ejecutarlas con frecuencia: la entrada de un nuevo virrey o virreina, los días de San Hipólito y de Santiago, la jura de un nuevo monarca, el parto de una reina, las bodas de los reyes, la canonización de algún santo o un tratado de paz; cualquiera de estos eran motivo suficiente para que la gente se entregara a estas diversiones; incluyendo al Virrey, Arzobispo, el Cabildo Eclesiástico, y por supuesto las damas de la nobleza y sus séquitos.
Fue el espíritu caballeresco de los conquistadores lo que implantó con facilidad y rapidez las diversiones heredadas de los antiguos romanos y moros, actividades que alcanzaron un extraordinario auge en estas tierras.
Con 42 ilustraciones.